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Un verano en el Paleolítico Ciervas por las paredes Recrear lo que la vista alcanza

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La cueva de La Lluera estará abierta al público hasta septiembre, y tendrá asignados dos guíasEl Ayuntamiento organizará visitas para los vecinos y, el próximo curso, para los escolares


La cueva paleolítica de La Lluera estará abierta al público durante los meses de verano, al menos hasta septiembre, y dos guías introducirán a los visitantes en sus secretos. El Ayuntamiento quiere contribuir a su promoción a través de las oficinas locales de Turismo, y se propone organizar visitas específicas para los vecinos de Priorio y, a partir del próximo curso, para los escolares del concejo.

Elena FERNÁNDEZ-PELLO La cueva de Llonín, en Peñamellera Alta, se utilizó durante años para guardar el queso; en la de Candamo entraban tantas personas que las paredes comenzaron a enfermar, cubriéndose de hongos, y en La Lluera, en Priorio, se guardó ganado y fue ocupada por un fugitivo en la Guerra Civil. «En las cuevas asturianas se cometieron muchos despropósitos, por eso hubo que cerrarlas y sanearlas», reconoció ayer el director general de Patrimonio, Adolfo Rodríguez Asensio, a la entrada de La Lluera. Al plantear el dilema entre la conservación y la apertura al público de estos yacimientos el arqueólogo se decidió por la apertura con restricciones: «No pueden estar abiertas todas las cuevas, pero tampoco pueden estar cerradas todas».

El yacimiento de La Lluera, con más de 20.000 años de historia, es privilegiado en este aspecto, ya que, según Rodríguez Asensio, no presenta problemas de conservación. Su excepcionalidad reside en los grabados de sus paredes, casi bajorrelieves por el grosor y la profundidad de los trazos, en palabras del director de Patrimonio, mucho más resistentes al tiempo y las agresiones que las pinturas. La Lluera se abrió al público la pasada Semana Santa, y vuelve a hacerlo durante los meses de verano; en principio, hasta el próximo mes de septiembre, con posibilidades de alargarlo hasta octubre, según el responsable regional de Patrimonio. Ya ha comenzado la temporada de visitas, de miércoles a domingo, mediante reserva telefónica, llamando al 695686374.

A pesar de su fácil preservación, la Consejería de Cultura ha establecido un régimen de visitas con grupos de seis personas, nunca menores de siete años.

Tendrán que dejar el coche en el aparcamiento del cementerio de Priorio y seguir andando por la carretera y las caleyas. Dispondrán de cincuenta minutos para adentrarse en la cueva, con un guía, y descubrir entre las sombras los animales dibujados por sus moradores en el Paleolítico. Las visitas comenzarán a las diez de la mañana y se irán sucediendo hasta las cinco de la tarde. La entrada es totalmente gratuita. Para anunciar la apertura veraniega de La Lluera Adolfo Rodríguez Asensio se rodeó de técnicos de la Consejería y de varios concejales ovetenses. Además del de Cultura, José Suárez Arias-Cachero, se acercaron hasta el yacimiento la concejala de Educación, Conchita García; la de Turismo, Carmen Manjón, y la de Participación Social, María Jesús Rodríguez.

El edil de Cultura ofreció la colaboración del Ayuntamiento para «poner en valor» La Lluera, desde la incorporación de información a los folletos que se distribuyen en las oficinas municipales de Turismo hasta la organización de visitas escolares el próximo curso, y también para los vecinos de Priorio, para que conozcan su propio patrimonio y ayuden a promocionarlo. A la sugerencia de mejorar los accesos a la cueva, José Suárez Arias-Cachero dejó el asunto para más adelante: «Vamos a verlo, es muy prematuro». En los próximos días está previsto instalar a la entrada del prado por el que se baja hasta la cueva, a la orilla del río Nalón, una caseta, donde uno de los guías atenderá las reservas telefónicas y recibirá a los recién llegados.

De momento, a La Lluera han sido asignados dos guías, uno se mantendrá en la caseta mientras el otro explica a los visitantes los secretos de la cueva. Más abajo, en dirección al río, la excursión se completa con una incursión en La Lluera II, con triángulos que representan vulvas rodeando una cierva. Ahora la maleza dificulta el acceso, pero en breve el camino estará despejado. La capacidad de esta segunda cueva es aún más reducida que la de su hermana mayor, y sólo hay espacio en ella para dos personas. La visita de ayer dio la oportunidad a Adolfo Rodríguez Asensio de recordar su contribución al conocimiento de La Lluera, cuyo descubrimiento se atribuye al grupo «Polifemo», y en la que él, como arqueólogo, realizó excavaciones entre los años 1980 y 1987. Ejerció de guía excepcional y fue ayudando a descubrir en la roca las figuras de ciervos, caballos, uros -toros salvajes de hasta 1.200 kilogramos de peso- y elefantes. «La Lluera no es única, pero es el mejor santuario exterior del Paleolítico», sentenció Rodríguez Asensio. «Las ciervas son los animales totémicos de la cuenca del Nalón», según Adolfo Rodríguez Asensio, y en La Lluera aparecen por todos los rincones, asociadas a otros animales o rodeadas de símbolos como los triángulos de La Lluera II, que representan vulvas. La imagen superior es la de una de esas ciervas, perfilada sobre la fotografía para facilitar su visión.Los hombres que hicieron los grabados de La Lluera nunca ocuparon su interior, según Rodríguez Asensio.

Probablemente se asentaron a la orilla del río y en las paredes de la cueva, con un propósito incierto, reprodujeron lo que veían en su entorno: uros como el de la fotografía, perfilado en la parte inferior, y caballos, como el que aparece sobre él.

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